Título: Cinco
horas con Mario
Autor: Miguel Delibes
Edición: RBA, 1992
Número de páginas: 290
ISBN: 84-473-0008-0
Carmen, vela durante toda una noche el cadáver de su marido,
Mario, el cual ha fallecido de forma repentina. Durante todo ese tiempo en el
que la viuda acompaña el cadáver de su esposo, ésta hace un repaso de toda su
vida junto a él. Carmen reprocha, en su monólogo, a su marido todo aquello que
considera que no ha sido capaz de darle, así como su peculiar forma de ser. Con
ello, Carmen abre su corazón y da rienda suelta a sus sentimientos más
profundos, sin darse cuenta de que, en el fondo, tanto Mario como ella eran dos
absolutos desconocidos el uno para el otro.
Mario y Carmen son dos personas totalmente opuestas.
Mientras que el primero es un intelectual, se deduce que es profesor de instituto,
que intenta encontrar un sentido a su existencia; Carmen es todo lo contrario:
es tradicional, conservadora, de ideas fijas. Carmen piensa que todo está
establecido y que es innecesario e ir contra natura cualquier intento de
cambiar las cosas. Mario y Carmen, simplemente, no saben nada el uno del otro.
Es una obra profunda, íntima. Delibes ha decidido retratar
un matrimonio desigual de los años 60, en una sociedad que comienza a despertar
tímidamente hacia unos nuevos cambios. Tiene sus momentos de cierta gracia,
como cuando Carmen cuenta que Mario, en pleno ataque de ira, pues han ofendido
a sus principios al regalarle un cochinillo, decide arrojar el animal desde el
hueco de la escalera al osado que se atrevió a regalárselo…
Carmen no sólo se dedica a reprochar a Mario todo lo que
considera no ha hecho en condiciones. Carmen hace balance de todas las personas
de su vida : sus padres, dos ejemplos a seguir en todos los sentidos; su
hermana Julia, quien deshonró a la familia al convertirse en madre soltera de
un niño, fruto de su relación con un brigada italiano que llegó a casa de los
padres de Carmen en plena guerra civil española; sus propios hijos, el
primogénito tan parecido a su padre que la desespera; o a sus cuñados, Elviro y
José María, ya fallecidos, o a Encarna, viuda del primero y a quien Carmen
aborrece hasta la saciedad pues está convencida de que estaba enamorada de su
Mario… Carmen analiza, delante de su marido muerto, toda su existencia,
convenciéndose de que todos sus males vienen provocados por los demás.
Aunque la mayor parte
de la obra Carmen se dedica a echar en cara a su marido todo lo que llevaba
años dentro e incluso se percibe cierto odio en sus palabras, al final Carmen
comienza a darse cuenta de lo que ha perdido y de que Mario, distinto, especial
e incluso desesperante para ella, ya no está.
Leí esta obra hace ya unos cuantos años, recién abandonada
la adolescencia. Recuerdo que no me gustó mucho. Sin embargo, esa percepción ha
cambiado con el paso de los años, producto de una madurez de la que suscribe
estas líneas y que ha propiciado que sea capaz de entender esta obra tan
intimista y sentimental. Me ha gustado mucho. La he leído en un par de días y,
sinceramente, he simpatizado con el difunto Mario.
Os la recomiendo.
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