La dama del lago
Título: La Dama del Lago
Autor: Raymond
Chandler
Edición:
Planeta, 1985 (1ª edición, 1947)
Número de páginas:
282
ISBN:
84-320-8629
Sinopsis…
En un lago de las
montañas aparece muerta una mujer. Las sospechas recaen de inmediato en un
personaje rústico, alcoholizado y agresivo que merodea por los alrededores.
Pero el detective Marlowe desconfía: el sheriff está demasiado interesado en
que el pobre borracho cargue con la culpa; además, las apariencias son
solamente eso, apariencias, y tras ellos suele ocultarse la realidad de los
hechos. En su obstinada persecución de la verdad el investigador tendrá que
enfrentarse a todos los que se interponen en su camino.
Sobre el autor…
Raymond Chandler (1888-1959), creció y fue educado en
Inglaterra, aunque también estudió en Francia y Alemania. En 1907 se hizo
súbdito británico y, tras participar en la Primera Guerra Mundial, regresó a
Estados Unidos.
En California, trabajó de empleado de banco, periodista,
ejecutivo de una firma petrolera y guionista de Hollywood. Chandler no comenzó
a publicar hasta relativamente tarde.
Con 51 años crea a Philip Marlowe, al que ya nunca
abandonaría, convirtiéndole en uno de los novelistas más famosos de Estados
Unidos y, por supuesto, de los más adaptados en Hollywood. Al borde del abismo, de Howard Hawks, basado en El sueño eterno, en cuyo guion colaboró,
es un auténtico clásico, con Humphrey Bogart como un inolvidable Marlowe.
Mi opinión…
Una de las cosas positivas que tiene apuntarse a retos
literarios es que terminas conociendo a escritores y a obras que no tenías ni
idea que existían. Esto es justo lo que me ha pasado con esta novela, la vi
hace unos meses en un punto de liberación (bookcrossing) y me fijé, sobre todo,
en que el apellido de su autor empieza por una letra que me viene de perlas
para un reto. La sinopsis me convenció, así que me la traje a casa. Y en buena
hora, pues ha sido un grato descubrimiento.
Philippe Marlowe
es un detective privado que un buen día es requerido por el señor Kingsley. Éste quiere saber el
paradero de su esposa, Crystal, de
la que no sabe nada desde hace tiempo. Crystal le dejó a través de un telegrama
en el que le informaba de su intención de casarse con su último amante, Chris Lavery, en México. Pero lo
extraño de este asunto es que el señor Kingsley ha visto hace poco a Chris y
éste tampoco sabe nada de Crystal…
Investigando sobre el paradero de la señora Kingsley,
Marlowe llega hasta una casa que el matrimonio tiene en las montañas, en el
lago Puma Lake. Allí entra en contacto con el guarda de la zona, Bill Chess, un pobre hombre,
alcohólico, solitario, al que su esposa, Muriel,
también lo ha abandonado. En uno de los paseos por la zona buscando alguna
pista, es el mismo Bill quien encuentra el cuerpo sin vida de una mujer en el
fondo del lago.
Llamadas las autoridades competentes de la zona, el sheriff
decide solucionar el caso allí mismo y zanjar un asunto que considera demasiado
claro para perder más el tiempo con él. Y es que el sheriff Patton está totalmente convencido de que la fallecida es
Muriel Chess y su marido es el culpable de su muerte.
Pero para Marlowe el asunto no está tan claro, por lo que le
pide al sheriff un poco de tiempo para continuar con sus investigaciones.
Porque… ¿quién es en realidad la muerta del lago? ¿Cómo se puede estar tan
seguro de la identidad si el cuerpo está irreconocible? ¿Tenía Bill Chess
motivos para asesinar a su esposa? ¿Dónde está Crystal Kingsley y por qué no se
casó con su amante?
Demasiadas preguntas y muy pocas respuestas. Y sobre todo,
demasiados flecos sueltos que indican a Marlowe que no todo el mundo es
sincero.
Además de estos personajes, en la novela aparecen otros como
el doctor Albert Almore, vecino de
Lavery y quien trató a Crystal en determinados momentos. Este doctor resulta
ser un personaje bastante extraño, sobre todo por el asunto del extraño
suicidio de su esposa ocurrido tiempo atrás.
También contamos con la presencia de un detective privado, De Soto, que ha estado por la zona
preguntando por Mildred Havilland,
una joven desconocida pero que posee un asombroso parecido con Muriel Chess.
¿Se trata realmente de la misma persona?
¿Escondía algo Muriel?
Estamos ante una novela puramente negra. Una novela que se
puede encuadrar sin ningún tipo de dudas dentro del género policíaco clásico.
No obstante, tiene una adaptación cinematográfica dentro de este mismo género, del
mismo año en la que salió publicada por primera vez (1947).
Los personajes están muy bien conseguidos, poseen ese halo
de seres atormentados a los que nada les importa y siguen con lo suyo. Prácticamente
todos ellos tienen un papel importante en la historia (no he citado a todos) y
se podría decir que se interrelacionan entre sí de tal forma que el autor
consigue despistarnos cada dos por tres.
Me gustaría destacar los diálogos que mantienen los
personajes y la narración en general. Leyendo esta novela, nos transportamos
inmediatamente al cine policíaco clásico de los años 40, algo que creo es digno
de admirar. Crear una atmósfera tan envolvente es algo que ayuda a sumergirse
en la historia y a disfrutar de ella.
Para ir terminando, estamos ante una gran novela policíaca
de corte clásico. Una novela que hará las delicias de los amantes de las
novelas negras puras y de los del cine clásico. Una lectura que nos mantiene en
vilo hasta el final.
- Imágenes tomadas de Google
- Datos de la biografía del autor, tomados de la página www.serienegra.es
¡Qué cantidad de recuerdos me ha traído esa portada! Mi madre tenía libro de esa colección desde siempre y ya eran parte de la casa. La verdad es que nunca leí ninguno...
ResponderEliminarNo termina de convencerme esta novela así que pasaré esta vez.
Besotes