Título: El
papiro de Saqqara
Autor: Pauline Gedge
Edición: Emecé editores, 1995
Número de páginas: 492
ISBN: 84-7888-194-8
Sinopsis: Khaemuast, cuarto hijo de Ramsés II y virtual gobernante del vasto imperio faraónico, es un hombre sabio y austero. El control de la administración y la vida cortesana son arduas obligaciones a las que se ve arrastrado por la incompetencia de su padre, más interesado en la pompa y el boato que en el difícil ejercicio del poder. Por el contrario, la verdadera pasión del príncipe es la historia, la magia y la medicina, y su prurito es hallar el mítico pergamino de Thot, la fuente de la vida para los antiguos egipcios.
Mi opinión: Khaemuast es el cuarto hijo del faraón Ramsés II. Hombre serio, justo e instruido, no en vano es sacerdote, médico y mago, tiene una gran afición por la Historia. Y esta afición es la que le lleva a descubrir tumbas antiguas de Egipto. Pero no, no nos confundamos, Khaemuast no es un ladrón de tumbas, un saqueador, únicamente es un estudioso del pasado.
Casado con Nubnofret, su única mujer (aunque su posición social le permite nuevos matrimonios) y padre de dos hijos, Horis y Sheritra, la vida de Khaemuast transcurre tranquila hasta el momento en el que entra en una tumba desconocida en Saqqara. Allí, cosido a la mano de una de las momias, encuentra un pergamino que parece ser el Pergamino de Thot: aquel que es capaz de devolver la vida a los muertos. ¿Es este pergamino el auténtico o es una copia sin importancia? ¿Qué poderes mágicos posee realmente este pergamino? Tan solo señalar que la vida de Khaemuast y su familia va a experimentar un giro muy importante en el mismo momento en el que el hombre conoce a una misteriosa y enigmática mujer, Tbubui, por la que va a perder la cabeza.
Esta novela está estructurada en 22 capítulos y en un
epílogo, comenzando cada uno de los capítulos con unos versos. Es de agradecer
que la autora haya colocado al comienzo de la obra una lista con los familiares
y amigos del protagonista, Khaemuast, y de los principales dioses egipcios.
Aunque en honor a la verdad, no es necesario consultarlas pues pronto
controlamos quién es quién en esta trama. Francamente, hasta la mitad del libro
no me estaba gustando nada la historia. Me estaba pareciendo aburrida, sin ningún
tipo de atracción, casi sin sentido. Pero inesperadamente, la historia da un
giro que me ha logrado mantenerme atrapada hasta el final de la misma y aunque
hay pequeños detalles que se perciben antes de que se nos revelen en la
lectura, ello no ha impedido que el interés, ese recién surgido interés pues
insisto que es a partir de la mitad de la obra, me haya mantenido pegada a sus
líneas.
Con este gran giro en la historia quiero creer que la
autora, Pauline Gedge (quien tiene otras novelas ambientadas en el antiguo
Egipto) ha querido transmitir el cambio que experimenta la vida del
protagonista y su familia, pues de llevar una vida tranquila, monótona,
prototipo de familia ejemplar, pasa a ser una familia desestructurada en la
que, de pronto, nadie se fía de nadie.
Los personajes también experimentan un gran cambio
psicológico. Tanto Khaemuast como sus dos hijos caen en las redes del deseo
carnal, el cual proviene de la misteriosa Tbubui y de su familia, en especial
de su hijo, Harmin. Sólo os adelanto que el personaje de Tbubui me ha sacado de
mis casillas (si la tengo delante no sé que le hago) y lo mismo me ha ocurrido
con el de Sheritra, la hija del protagonista. Una por manipuladora y la otra
por poco espabilada.
Resumiendo: os recomiendo esta novela. Eso sí, no
esperéis encontrar una historia de misterios y descubrimientos de tumbas a lo
Indiana Jones. Y tened paciencia, pues la historia no parece despertar, al
igual que sus protagonistas, hasta la mitad de la novela más o menos.
- Sinopsis e imágenes extraídas de internet
Lo que importa es que sea una historia bien contada como parece que así es por lo que dices en la reseña. Hace ya tiempo que no me voy al Egipto de los faraones. Besos.
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