Titulo: Muertes de sobremesa
Autor: David
Jiménez “El Tito”
Género: Novela
negra, Policíaca
Edición: ACEN
Editorial, 2016
Número de páginas:
354
Sinopsis…
¿Puede un asesino en serie, después de
dieciocho años, regresar y convertir a sus víctimas en verdugos?
El inspector Marcial Lisón, un peculiar
policía cuyo único amigo de verdad es su inseparable galgo, se verá obligado a
retomar una investigación que le explotó en la cara cuando, a mediados de la
década de los noventa, tan solo era un simple agente a las órdenes del
inspector Villanueva. Cuando Lisón ve el cuerpo desnudo de Enma, la mujer de
Villanueva, sentado frente a la mesa de la cocina, con dos tazas de café y el
dedo anular amputado, ya sabe que el asesino del café ha vuelto.
La enrevesada investigación, que obliga a
negociar con los recuerdos más ocultos de su mente, conducirá a Marcial a
descubrir que su relación con el asesino del café trasciende más allá de lo
meramente profesional.
El asesino del café no es sólo un caso sin
resolver del pasado, sino su pasado sin resolver.
Sobre el autor…
David Jiménez Martínez es un joven escritor cartagenero
nacido en 1978. Licenciado en Biología, actualmente se dedica a trabajar en
Vigilancia Aduanera con el objetivo de combatir el fraude fiscal y el tráfico
de drogas.
Actualmente vive con su familia en el Grao de Castellón.
Además de escribir varios relatos en antologías, es autor de
Muertes
de sobremesa y de Inspector Solo, ambas protagonizadas
por el comisario Marcial Lisón.
Mi opinión…
Llegué a esta novela por pura carambola pues ni la conocía
ni conocía a su autor. Pero gracias a la aventura emprendida hace unos meses
con el grupo #SoyYincanera, pude
estrenarme con un autor y un personaje dignos de conocer. Porque si hay algo, o
más bien alguien, que destaca en la novela es Marcial Lisón. Todo un personaje.
Marcial Lisón,
cuarentón y muy bien parecido, es un inspector de la policía nacional de
Cartagena. Antisocial, excesivamente temperamental, huraño y, en apariencia,
sin una pizca de sensibilidad. Y digo en
apariencia porque Marcial sí tiene su corazoncito, ocupado por el que es su
gran amor: su perra Sola.
Lisón participó, veinte años atrás, en la investigación del
llamado "asesino del café", un criminal que mató a dos mujeres siguiendo un macabro ritual: las deja desnudas,
en actitud de estar tomando café en la mesa de su casa y con el dedo anular
cortado.
Ahora, transcurrido ese tiempo, parece que el asesino ha
vuelto a actuar y la víctima resulta ser la esposa de unos de los inspectores
que llevó el caso años atrás.
¿Qué busca el asesino del café con esta reaparición? ¿Se
trata realmente del mismo criminal? ¿Por qué ha permanecido dos décadas sin
actuar?
Junto a Lisón, encargado de encontrar al asesino, se
encuentra la agente Zoe Ochoa una
joven que consigue aplacar la ira interna (y externa porque cuando se le cruzan
los cables arrasa con todo) del inspector. Unai
Miralles es el otro inspector que forma parte de la plantilla y que además,
es el centro del odio de Lisón. La relación entre Lisón y Miralles es tan tensa
que en más de una ocasión terminan a puñetazo limpio.
La novela es puramente policíaca. Tanto por la trama como
por el personaje de policía atormentado que es insoportable a nivel personal
pero muy eficiente a nivel laboral. Marcial Lisón me ha gustado mucho por ese
mismo motivo, su enorme capacidad como profesional y su tormento interior que
llega a dominarle a él a menudo. Es un personaje complejo en apariencia,
difícil, insoportable, arisco…pero que una vez que se va tratando se llega a
descubrir al verdadero Marcial Lisón. El autor ha conseguido crear un buen
personaje, muy completo.
Lisón tiene una fiel confidente, alguien que lo escucha en
silencio pero que es capaz de orientarlo: su galga Sola. Quizás al ser yo también una amante de los animales, adoro a
los perros, me ha gustado tanto el personaje del inspector porque entiendo
perfectamente ese amor persona-animal.
La trama es adictiva. Nos mantiene en vilo hasta el final y
durante la misma se producen una serie de giros inesperados que nos dejan con
la boca abierta.
Muertes de sobremesa es una novela que merece la pena leer. Los
personajes son reales, los hechos que narra también y conocer al inspector
Marial Lisón es todo un gusto. Así que sin dudarlo, os recomiendo esta ágil y
trepidante novela negra con la que sin lugar a dudas vais a disfrutar. La
podéis comprar AQUÍ y también podéis haceros con la segunda novela del autor
que también tiene al mismo personaje : Inspector Solo.
- Imágenes tomadas de Google
- Datos de la biografía del autor, tomados de su página web http://davidjimenezeltito.es/
- Datos de la sinopsis de la novela, tomados de la ficha de Amazon
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