Título: Cuentos de la Alhambra
Autor:
Washington Irving
Edición:
Edicomunicación, 1997
Número de páginas:
315
ISBN:
84-7672-684-8
Sinopsis…
Los Cuentos de la
Alhambra son unas auténticas “mil y una noches” españolas : nadie ha sabido
captar “a vista de pájaro” todas las emociones que se perciben desde lo alto de
la fortaleza de la Alhambra, el grácil Generalife, el Darro serpenteante, la
emblemática ciudad de Santafé, la vega de Genil y Sierra Nevada…
Sobre el autor…
Washington Irving (1783-1859) fue quizás el primer escritor
en percibir rasgos típicos que diferenciarían a la literatura norteamericana de
la inglesa. Cuando su talento alcanzaba la madurez se trasladó a España y, en
el monasterio de El Escorial, estudió la literatura relativa al descubrimiento
del Nuevo Mundo, cuyo fruto fueron La
vida y viajes de Cristóbal Colón, Crónica
de la conquista de Granada, Viaje de
los compañeros de Colón
Cuentos de la Alhambra
(1832) es su libro más famoso.
Mi opinión…
Hoy os traigo un clásico que llevaba mucho tiempo intentando
concluir. Hace ya unos años comencé este libro, atraída por el precioso
escenario de La Alhambra y por ser un clásico ineludible para todos aquellos
que apreciamos y admiramos este palacio-fortaleza. Sin embargo, por razones que
ya ni recuerdo, dejé la lectura del libro a medias y así ha permanecido hasta
ahora, momento en el que eché mano de él para cumplir con el doble objetivo de
leer un clásico y de un autor cuyo apellido comenzase por I.
A Washington Irving se le puede considerar como a un
historiador, de hecho es considerado el primer hispanista norteamericano, anovelado ya que para sus escritos utiliza
tanto fuentes reales como datos de su propia invención. Enamorado de España
desde el primer momento en el que puso un pie en nuestro país como corresponsal
de EEUU, en 1829 consigue un permiso especial mediante el cual se le permitía
vivir en la Alhambra. Como anécdota, podemos decir que la primera niña que leyó
los Cuentos
de la Alhambra se convertiría, con el transcurrir del tiempo, en
emperatriz de Francia. Y es que Eugenia de Montijo tuvo el gran honor de leer
los escritos de Irving sobre la bellísima construcción granadina.
El libro comienza narrando el viaje que realizó el autor
junto con un amigo, miembro de la Embajada rusa en Madrid, en 1829 desde
Sevilla a Granada. En esta primera etapa de su viaje, Irving ya nos va contando
todo lo que ve, le llama mucho la atención la gente, sus historias y las
leyendas de las zonas.
A su llegada a Granada, el autor primero nos
explica cómo es La Alhambra y cuáles son cada una de sus partes. También nos va
presentando a los moradores del lugar, gentes que han vivido allí prácticamente
toda su existencia, ellos mismos se autodenominan “hijos de la Alhambra”, y que
son quienes le van proporcionando a Irving las innumerables historias y
leyendas que guarda el lugar. Uno de estos personajes es Mateo Jiménez
quien se convierte en la sombra del escritor y que actúa como fuente de
información ya que es quien, en su mayoría, se cuenta estas leyendas al
escritor norteamericano.
Centrándonos ya en las leyendas, unas once, todas ellas
tienen en común la existencia de un supuesto tesoro escondido por los árabes en
la Alhambra y el desamor. Pues son varias las historias de amores no
correspondidos que encierra el recinto, como la existencia del espíritu de la princesa
Zorahayda quien no se atrevió a fugarse, como sí lo hicieron sus hermanas,
con su amor cristiano. Dicen que el espíritu de la desdichada permanece en la
torre en la que vivió su pena y que son varios quienes la han visto vagar por
el lugar.
Otro espectro o fantasma que, al parecer, habita la Alhambra
es el de Boabdil el Chico, último rey del lugar y que ya sabemos todos
la manera en la que lo abandona. Boabdil, según la leyenda, permanece en las
entrañas de la Alhambra, con su ejército, dispuesto a recuperar su hogar algún
día.
Son pocas leyendas, pero muy bonitas. Todas ellas tienen el
mismo fondo (tesoro y amor o desamor) y muestran la imaginación que se llega a
desarrollar en algunas buenas gentes para darle más misterio y encanto al lugar
en el que viven.
Pero también hay que reconocerle su mérito al autor, quien
hace de observador de las gentes de Granada y se recrea en su imaginación sobre
cómo fue la Alhambra musulmana.
Aunque a nivel general me han gustado todas las leyendas, la
Leyenda del legado del moro es la que más he disfrutado. Si la leéis,
veréis como a más de uno se le podría aplicar la condena que sufren los más
avariciosos.
Para concluir, Washington Irving nos habla del fundador de
la Alhambra, Mohamed Abu Alhamar, y del finalizador de la misma, Yusef Abul
Hagig. A mí por lo menos me ha sorprendido saber quiénes eran, pues cierto es
que desconocía estos datos.
Para ir concluyendo, solo os puedo decir que si os gusta la
Alhambra y la ciudad de Granada tanto como a mí, es imprescindible que leáis
este clásico. Seguro que cuando visitéis tanto la ciudad como la Alhambra, las
veréis con otros ojos.
- Imágenes tomadas de Google
Lo dicho lo tengo en casa y tengo que rescatarlo de las estanterias.
ResponderEliminarHe estado varias veces en Granada y me encanta. Tomo nota del libro que creo que me puede gustar mucho.
ResponderEliminarBesos!
No me importaría leerlo, aunque ahora lo veo complicado. Un beso ;)
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