El falsificador de la Alcazaba
Título: El falsificador de la Alcazaba
Autor:
Carolina Molina
Edición:
Nazarí, 2014
Número de páginas:
116
ISBN:
978-4-9420363-3
Sinopsis…
Granada, siglo XVIII.
Juan de Flores, prebendado de la catedral y aficionado coleccionista, descubre
el foro de Iliberri (la Granada romana) en el corazón del Albaycín. Lo que
podría haber sido un hecho meritorio para la historia de la ciudad se
transforma por distintas causas en el más detestable de los hallazgos arqueológicos
granadinos. Movido por ansias de notoriedad, comenzará a falsificar piezas y
documentos. El juicio en el que se vio inmerso fue un suceso único en Granada.
La ubicación exacta de
lliberri ha sido para la arqueología motivo de discordia hasta que en la
actualidad, de la mano de Manuel Sotomayor, historiador y arqueólogo, se abren
líneas muy interesantes de investigación. De su ensayo Cultura y picaresca en
la Granada de la Ilustración toma los datos la autora de esta novela como línea
argumental de lo sucedido con estas falsificaciones, solo comparables los míticos Libros Plúmbeos.
Sobre el autor…
Carolina Molina (Madrid, 1963) es periodista y autora de
novelas históricas aunque trabaja varios géneros literarios. Tras licenciarse
en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de
Madrid, se dedicó al teatro inspirada en la obra de Federico García Lorca.
Siendo muy joven publica dos libros de cuentos (Cuentos para la hora del té y Cuentos
de la mañana)
En 1995 comienza su relación con la ciudad de Granada con la
publicación de la novela La luna sobre la
Sabika con la que crea un género inexistente dentro de la novela histórica:
la novela histórica didáctica. En 2006 publica Sueños del Albaycín a la que seguirán Guardianes de la Alhambra y Noches
en Bib-Rambla. Ha colaborado con la revista El legado andalusí, una sociedad mediterránea y Entre Ríos.
Su línea de investigación como periodista y documentalista se centra en la Granada
romana (Iliberri), además de en los cambios experimentados en el patrimonio
artístico granadino durante el s.XIX. Ha conferenciado sobre la cultura
andalusí en bibliotecas españolas y fue invitada por el Instituto Cervantes de
Utrecht (Holanda) para hablar sobre el legado de Al-Ándalus
Mi opinión…
Hoy os traigo una novela histórica didáctica o un ensayo
novelado, como se quiera definir. Se trata de una obra de breve extensión (un
poco más de cien páginas) que se lee de un tirón y que nos acerca a un problema
que, a pesar del tiempo transcurrido desde los hechos narrados en la obra, no
han desparecido en el tiempo : las falsificaciones histórico-artísticas.
Los hechos que Carolina Molina nos cuenta son reales. En
este escrito se aborda la localización exacta de Iliberri (la Granada romana), para lo cual nos remonta hasta el
siglo XVIII de la mano del que es considerado, a pesar de sus malas artes
(consciente de ello o no), el verdadero descubridor de la urbe romana.
Juan de Flores y Odduz, de origen noble y clérigo, era
un aficionado a la arqueología y a la historia en general y sobre todo, un
coleccionista de arte y antigüedades. Algo que, teniendo en cuenta en la época
en la que nos encontramos (en el s.XVIII, con la Ilustración de fondo) es
propio de este periodo, ya que comienzan a producirse excavaciones
arqueológicas, en la mayoría de los casos sin ningún tipo de control, motivadas
a raíz del descubrimiento de las ruinas de Herculano y Pompeya.
Obsesionado con la idea de localizar la ubicación exacta de
Iliberri, Juan Flores se entera de unas obras que lleva a cabo un vecino en el
Albaycín granadino y en la que aparece una estela de piedra con unas
inscripciones en latín. Tal es la emoción que embarga a Flores por hallarse
cerca de su sueño, que no duda en comprar dicha vivienda y en seguir excavando
en ella. Y es aquí cuando todo se distorsiona hasta tal punto que este señor,
al que sin lugar a duda le puede su deseo de grandeza y notoriedad, comete un
acto tan deleznable como ruin: recurrir a las falsificaciones para avalar con
ello su teoría. Algo que hubiese sido
innecesario pues la ubicación de la ciudad romana ya estaba dando pistas
reales.
Las dimensiones de la estafa del pícaro Juan fueron enormes.
Este buen señor no dudó en ampliar cada vez más los elementos falsos en sus excavaciones,
llegando a realizar auténticos espectáculos cada vez que “aparecía” una de
estas piezas. Tal fue la sobredimensión de los hechos que se llegó a decir que
Juan Flores, en su afán por coleccionar objetos de dudosa procedencia, llegó a
tener “una taba de la pierna izquierda de
Mahoma” y “una liga de Ana Bolena”
Sea cierto o no que poseía estos “tesoros”, lo que es indiscutible es que
nuestro protagonista no dudó en falsificar sus propios orígenes hasta tal punto
de crear escrituras de terrenos a todas luces falsas y que estaban firmadas por
el mismísimo Fernando de Aragón. Todo un personaje, sin lugar a dudas.
A través de una narración más que fluida y de una manera
didáctica (rasgos que se percibe que domina bastante bien la autora) Carolina
Molina nos cuenta todo el proceso de engaño, del cambio experimentado por el
protagonista y cómo cae en trampas tan ruines y del proceso judicial que se
vive en torno a este caso una vez se destapa el fraude. La autora deja clara
desde el principio su libre interpretación de los hechos y nos ofrece la
posibilidad de juzgar por nosotros mismos: ¿fue realmente culpable Juan Flores
de la acusación de falsificación? ¿Actuó de mala fe o simplemente no supo ver
el alcance de sus actos? ¿Tuvo un castigo proporcional a los hechos o fue
excesivo?
Se trata de una lectura muy interesante e instructiva. No
sólo para los aficionados al arte o a la historia, si no para aquellos que
sientan curiosidad por conocer un poco más, ya que este hecho tuvo especial
repercusión. Y sobre todo, es una obra que, si sois de Granada, no os la podéis
perder.
- Imágenes tomadas de Google
- Datos de la sinopsis y de la autora, tomados de la misma obra
- Agradezco profundamente a Editorial Nazarí el envío de un ejemplar de esta obra para leer y reseñar
¡Qué buena pinta! Y aunque no soy de Granada sí que viví allí hace unos años y es una ciudad que me encanta y a la que vuelvo a menudo así que me lo llevo sin dudarlo.
ResponderEliminarBesos.
Tiene buena pinta y no la conocía . La tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn beso ;)