Título: La
vida es sueño
Autor: Calderón de la Barca, Pedro
Edición: Espasa Calpe, colección Austral Teatro, 2008
Número de páginas: 266 (la obra en sí se compone de
129 páginas)
ISBN: 978-84-670-2174-5
Reconozco que no me he leído este libro por gusto, si no por
obligación. Y a pesar de ello…me ha gustado.
Se trata de una conocida obra de teatro del s. XVII, del
Barroco español. Narra la historia de Segismundo, príncipe de Polonia, quien
permanece cautivo en una torre por orden de su padre; el cual, temeroso de una
profecía, teme a su propio hijo. Basilio, rey de Polonia y padre de Segismundo,
decide un día liberar al joven y sentarlo en el trono del país. Pero la actitud
déspota y soberbia de Segismundo, hace que su padre lo retorne a la torre. Para
que el joven príncipe se olvide de su experiencia, le hacen creer que todo fue
un sueño.
Paralelamente a la historia de Segismundo, tenemos la de
Rosaura. Esta joven, proveniente del reino de Moscovia, llega hasta la corte
del rey Basilio buscando venganza en Astolfo, joven que abusó de ella.
Toda la obra es dialogada, como obra teatral que es. Reconozco
que los textos poseen cierta dificultad a la hora de ser interpretados, pero
aún así, la obra no revista de problemas para ser leída.
El uso de la estructura del sueño es algo a lo que se
recurre con frecuencia durante el Siglo de Oro español, ya que con el mismo
(con el sueño) se pueden denunciar asuntos espinosos que de otra forma son
difíciles de hacer públicos. Platón, entre otros, empleó en gran medida esta
estructura. Por lo tanto, podemos asegurar que esta obra tiene un gran
trasfondo platónico (la salida de Segismundo de la torre evoca a la salida de
la caverna en el mito de Platón)
Calderón de la Barca nos quiso decir que la vida no es más
que un sueño, que nos debemos preparar para la existencia verdadera, la que
viene tras la muerte. Hay que hacer el bien, ayudar a los demás (como hace
Segismundo al final de la obra con Rosaura) basándose siempre en unas leyes
morales iguales para todos. Aunque la profecía a la que tanto temía el rey
Basilio decía que Segismundo sería un auténtico tirano, el joven recapacita
tras su breve experiencia como rey y decide seguir el camino recto, el de los
hombres justos y de buen corazón. Con ello, Calderón deja clara la plena
libertad que posee el hombre para tomar las riendas de su destino y de que la
razón humana triunfa sobre los instintos animales.
Sin lugar a dudas, me quedo con estos bellísimos versos
(conocidos por todos)
Sueña
el rico en su riqueza
que
más cuidados le ofrece;
sueña
el pobre que padece
su
miseria y su pobreza;
sueña
que al medrar empieza,
sueña
el que afana y pretende,
sueña
el que agravia y ofende;
y
con el mundo, en conclusión,
todos
sueñan lo que son,
aunque
ninguno lo entiende.
[…]
¿Qué
es la vida? Un frenesí.
¿Qué
es la vida? Una ilusión,
una
sombra, una ficción,
y
el mayor bien es pequeño;
que
toda la vida es sueño,
y
los sueños, sueños son.
¡A disfrutar del teatro clásico español!