miércoles, 14 de junio de 2017

Amor divino, amor profano : dos mujeres. Dos maneras de amar en la Edad Media


Título: Amor divino, amor profano: dos mujeres. Dos maneras de amar en la Edad Media

Autor: Sandra Ferrer Valero

Género: Histórico

Edición: Amazon, 2017 (ebook)

Longitud versión kindle: 269


Sinopsis…

En la Edad Media, dos mujeres buscaron el amor de maneras muy distintas. Una lo encontró en el amor divino, la otra sufrió por amar a un hombre en un mundo oscuro y opresivo para las mujeres.

Esta novela recupera la historia de Santa Clara de Asís y Bona di Guelfuccio, dos mujeres que vivieron en el siglo XIII.

En el año del señor de 1212, una muchacha de Asís decidía huir del destino dictado por su familia. Sus designios eran más elevados. Su huida marcaría su vida y la de todos aquellos que la conocieron. También la de cientos mujeres y hombres en siglos posteriores.

En el proceso de canonización de Santa Clara de Asís, muchas jóvenes que la siguieron en su camino de renuncia fueron testigos de su vida milagrosa. Pero la única muchacha que no traspasó los muros de San Damián fue precisamente la que ayudó a la entonces Clara di Offreduccio a conseguir su gran objetivo.

Esta es la historia de dos mujeres que siguieron caminos distintos. Ambas buscaban lo mismo, alcanzar el amor.

Basada en hechos reales, esta novela es el retrato de la vida de las mujeres en plena Edad Media.


Sobre el autor…

Sandra Ferrer Valero (Barcelona, 1976) se licenció en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona e inició posteriormente estudios de Historia en la UNED.

Trabaja en el mundo de la comunicación y el marketing digital pero en sus ratos libres se dedica a la historia, una de sus grandes pasiones.
Desde hace más de cinco años gestiona una web dedicada a la historia en femenino (www.mujeresenlahistoria.com) y colabora en la revista Clío Historia.


Mi opinión…

Hace unos meses, no muchos, Sandra Ferrer (a la que sigo desde hace tiempo a través de su maravillosa página Mujeres en la Historia) se puso en contacto conmigo y me ofreció la lectura de esta novela que hoy os traigo. No dudé ni un instante el aceptar este ofrecimiento pues como ya he comentado, sigo a la autora desde hace tiempo y me encanta cómo escribe. Tan a ciegas fui que ni miré la sinopsis de la novela y supe cuál era su argumento una vez me puse con ella.

Como bien se lee en la sinopsis que la misma autora nos proporciona, la novela se centra en la vida de dos muchachas de la ciudad italiana de Asís en el s.XIII. Pero no se trata de dos muchachas cualesquiera ya que una de ellas es Santa Clara de Asís. Y aquí es dónde comienza mi asombro pues justo unos días antes de comenzar la lectura vi un documental por la televisión que hablaba del actual Papa, Francisco I, y del motivo por el que éste eligió este nombre (ningún Papa lo había usado hasta entonces) debido a un particular homenaje a San Francisco de Asís, santo del s.XIII del que destaca su sencillez y vida austera. En el documental también se hablaba de Santa Clara de Asís, joven de la noble que abandona una vida de lujo para seguir al que muchos califican como loco de Francisco. Y este detalle de Santa Clara me llamó mucho la atención pues me pregunté cómo pudo ser de fuerte la llamada religiosa de esta chica para dejar toda su vida atrás y emprender una existencia casi en la pobreza.

Así que cuando me di cuenta de que este libro hablaba de Santa Clara de Asís, lo leí con más ganas. Iba a centrarme en la existencia de una persona que me llamó muchísimo la atención.

Como su propio título indica, la novela se centra en contarnos dos tipos de amor totalmente distintos. El amor terrenal y el amor divino. El amor terrenal lo encarna Bona Guelfuccio, íntima amiga de la joven Clara quien como la mayoría de las muchachas de la época saben que su único papel en la vida será el de esposa y madre. Y para ello las educan desde que son unas niñas. Bona sueña con encontrar a su príncipe azul, a un hombre que la ame por encima de todo y al que poder darle muchos hijos. Pero la vida no es tan de color de rosa como la joven Bona cree y se llevará más de un palo. Esta parte me ha gustado mucho pues la autora plasma perfectamente cómo era la vida de cualquier mujer en la Edad Media: totalmente sometida al varón. En Bona veremos encarnados el dolor profundo al rechazo, al desprecio, al maltrato e incluso a perder a seres queridos por algo tan común en la época como era un parto. Sandra Ferrer ha sabido plasmar muy bien esa desolación que sufrían las mujeres quienes no tenían derecho ni a llorar en condiciones la pérdida de un hijo. Dura vida la de las féminas en aquella época…

El amor divino está encarnado en la figura de Clara Offreduccio, joven también noble que al contrario que su amiga Bona no busca una vida a expensas de un marido. Ni quiere casarse ni quiere hijos y la verdad es que la pobre Clara está perdida hasta que un buen día, paseando por los alrededores de la ciudad de Asís, escucha un sermón de Juan Bernardone, quien ahora se hace llamar Francisco. Clara abandona su cómoda existencia y decide seguir al que muchos califican como loco viviendo a partir de entonces una plácida vida, austera al máximo, en el Monasterio de San Damián. Santa Clara de Asís es la fundadora de la rama femenina de los franciscanos y creadora de una orden, las clarisas. Si la vida de Bona me ha gustado, la de Clara no ha sido menos. Porque había que tener valor y un carácter fuerte para enfrentarse a los hombres tal y como hizo Clara y no conformarse con una vida que no quería. Clara desde niña tuvo claro cuál no era su camino y con veinte años eligió su propio destino. El carácter introvertido, sensato, recogido y reflexivo de Clara se percibe desde la niñez de la chica. Y es gracias a su determinación que consigue escapar de una vida terrenal que no era lo que quería y abrazar el amor divino que le ofrecía Dios.

Merece especial atención la nota de la autora al final de la novela en la que nos ofrece una serie de detalles de la figura de Santa Clara, como su proceso de canonización al año siguiente de su muerte, o la verdadera relación que tuvieron con ella los personajes que la acompañan en la novela. Sandra Ferrer destaca la figura de esta santa como la de una mujer con una fuerte personalidad, no sólo porque tomó las riendas de su vida, también porque no tuvo reparo en enfrentarse con el Papa para conseguir el reconocimiento de su regla para las hermanas de San Damián.

Amor divino, amor profano… nos muestra dos formas diferentes de amar y sobre todo, nos trae la vida de dos mujeres en la Edad Media. Una que prefirió permanecer a la sombra, otra que buscó su propio destino. Una excelente oportunidad de conocer la difícil existencia de la mujer en esta etapa de la Historia y una muestra más de lo silenciado que ha estado el género femenino.

  • Agradezco a la autora el envío de un ejemplar de esta novela para leer y reseñar 
  • Si queréis comprar un ejemplar de esta novela, lo podéis hacer AQUÍ
  • Imágenes sacadas de Google. Datos de la autora tomados de la página www.heroinas.net



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