Título:
Los
cuatro jinetes del Apocalipsis
Autor:
Vicente Blasco Ibáñez
Edición:
Bibliotex, 2001 (Colección Las mejores novelas en castellano del s.XX)
ISBN:
84-8130-444-1
Número
de páginas: 379
Sinopsis…
Los
cuatro jinetes del Apocalipsis, publicada en 1916, denota la postura, que no es
otra que la de apoyo a las fuerzas aliadas, tomada por el autor valenciano ante
la Primera Guerra Mundial. Aunque las páginas rezuman cierto aire
propagandístico, no es nada desdeñable el cuidado y reflexivo tratamiento con
el que envuelve el contexto histórico.
En el
libro se encuentran esbozadas algunas de las dotes narrativas, que en obras
posteriores alcanzarán su plenitud, de Blasco Ibáñez como el pulso certero para
contar historias y concebir rotundos personajes.
Esta
obra fue llevada al cine en dos ocasiones por la magna industria hollywoodiense.
Sobre el autor…
Vicente Blasco Ibáñez nació en Valencia en
1867. Cursó los estudios de Derecho pero repartió su vida entre el periodismo,
la política y la literatura.
Militante del partido republicano desde su
juventud, fundó el diario El pueblo
en su ciudad natal y fue en varias ocasiones diputado a Cortes.
Hacia 1909 viajó a numerosos países de
América del Sur donde, además de crear algunas empresas que no cosecharon
buenos resultados, impartió conferencias en toro al arte y la literatura. Años después, Blasco Ibáñez,
uno de los novelistas más importantes de aquel cambio de siglo, marchó a París,
ciudad en la que sí gozó de salud económica y prestigio, gracias a sus colaboraciones periodísticas.
El autor valenciano cultivó varios géneros
dentro de su narrativa. Así, obras como Arroz
y tartana, Cañas y barro o La barraca, entre otras, se pueden
considerar novelas regionales. De igual modo, destacan sus libros de carácter histórico entre los que se encuentran:
Mare Nostrum, Los cuatro jinetes del Apocalipsis o La maja desnuda.
El escritor falleció en Menton (Francia) en
1928.
Mi opinión…
Reconozco el “miedo” que sentía ante esta
novela, principalmente por la propia idea que me había forjado de ella en la cabeza.
Pero no, he salido airosa del trance y aunque se trata de una obra muy densa,
no es tan fiera como creía.
La historia se centra principalmente en los
comienzos de la Primera Guerra Mundial,
en 1914. El escenario escogido es Francia, centrándose en el avance de las
tropas alemanas por el país galo con la idea de conquistar París.
Sin embargo, antes de centrarnos en este
hecho, el autor nos traslada a Sudamérica, concretamente a Argentina. Hasta
allí llega un joven francés, Marcel Desnoyers,
buscando hacer fortuna. Lo consigue y en parte gracias a su matrimonio con una
de las dos hijas de un acaudalado hombre de negocios español, Julio Madariaga.
Mientras Luisa, la hija mayor de Madariaga,
se casa con Marcel; la pequeña, Elena, se desposa con un alemán: Karl Hartrott. Con el transcurrir del tiempo
y fallecido el patriarca de la familia, las dos hermanas, sus esposos e hijos
se trasladan a Europa. Concretamente, cada una al país de origen de sus
maridos, Francia y Alemania.
Y es entonces cuando empieza la guerra.
Mientras los Hartrott están totalmente convencidos de su germanismo, la parte
francesa de la familia se declara neutral, aunque sí es cierto que sienten simpatía
por el bando aliado.
El resto de la novela se centra precisamente
en eso, en la diferente visión de la misma familia. En como dos ramas de una
familia llegan a enfrentarse por unas ideas políticas que, a decir verdad, poco
tienen que ver con ellos. Mientras los Hartrott consideran que la guerra es más
que necesaria ya que el mundo necesita quien lo dirija y qué mejor que Alemania
(ensalzando las virtudes del pueblo alemán); los Desnoyers no hacen ni caso.
Pero la cosa se va complicando y la invasión alemana, primero en a neutral
Bélgica y luego en la propia Francia, hacen que los Desnoyers comiencen a
cambiar de opinión.
La historia se centra en tres partes. La
primera es la que nos explica el origen de las dos familias, mientras que la
segunda y la tercera ya se desarrollan durante la guerra.
No os voy a engañar. Es una novela densa, muy
densa. Me ha costado lo mío leerla, he tendido tentaciones de dejarla a un lado
pues la narración se me ha hecho soporífera en algunos momentos.
Pero me ha
gustado. Y mucho. Quizás sea el dejar unos días de reposo tras la lectura lo
que me ha llevado a esa conclusión, pero tengo que decir que es la mejor novela
bélica que he leído. La descripción que Blasco Ibáñez hace de la batalla del
Marne es bestial, descarnada, dura, directa, real.
Muestra en realidad cómo es
una guerra, cómo sufren las personas (independientemente del bando que sea), cómo,
una vez más, no hay vencedores. Todos son vencidos.
Otro aspecto que me ha gustado y me ha
sobrecogido es el dolor de los padres. Da igual en qué bando esté un ser
querido, el dolor es el mismo. Luisa y Elena tendrían que estar enfrentadas
pues sus hijos combaten en bandos distintos, pero no. Están juntas
prácticamente durante toda la guerra y lloran por igual a sus hijos o a sus
sobrinos. El dolor del propio Marcel al final de la novela es también estremecedor.
Una novela que hay que leer con calma pero
que no nos dejará indiferentes. Una gran obra, sin lugar a dudas.
- Datos del autor y de la sinopsis, sacados de la misma novela
- Imágenes tomadas de Google
La verdad es que no creo que disfrutara esta novela porque el tema no me atrae. Besos.
ResponderEliminarLo leí hace tiempo (mucho), estos jinetes del apocalipsis y mucho de Blasco Ibañez, y creo que tienes razón, puede imponer de entrada, pero no es tan fiero el león como lo pintan, es más leíble de lo que pueda parecer de entrada.
ResponderEliminarUn abrazo