Título: El Desfile de la Victoria
Autor: Fernando Díaz-Plaja
Edición: Argos, 1976 (2ª edición)
Número
de páginas:
[219]
ISBN: 84-7017-307-3
Sinopsis…
Abril de 1939. La Guerra Civil española ha
terminado con el triunfo del Ejército republicano. Una ayuda masiva de material
y de hombres procedente de la Unión Soviética y de Francia ha decidido el
resultado último de la definitiva batalla del Ebro. Franco ha perdido. Los datos
de la Historia han rodado de muy diferente manera a como lo hicieron en la
realidad. La posguerra y con ella la Historia de España han tomado otra
dirección. Llevado por la ficción, todo cambia de signo: vencidos y vencedores,
jueces y reos, verdugos y víctimas han invertido sus papeles.
Sobre el autor…
Escritor y
ensayista español, Fernando Díaz-Plaja es conocido por sus ensayos de
divulgación, eminentemente culturales, entre los que destaca su obra El español y los siete pecados capitales (1966),
que luego continuó aplicando la misma fórmula a diversas nacionalidades.
En lo narrativo,
Díaz-Plaja ha publicado varias novelas, en su mayoría de corte histórico,
quedando finalista en dos ocasiones del premio Espejo de España.
Otros de sus
ensayos -de tipo histórico- lograron cierto éxito, como sus anecdotarios de la
Guerra Civil y el Franquismo, logrando el XX Premio Anagrama de Ensayo con El arte de envejecer.
Mi opinión…
Ya hacía mucho
tiempo que tenía este libro por casa. Estaba plenamente convencida de que se
trataba de una novela de corte histórico ambientada en la posguerra española.
Así que, aprovechando que me había apuntado a un reto histórico, la saqué de su
ostracismo y le di su oportunidad para ser leída.
Pero no, no es una
novela histórica. Se trata de un género que no conocía para nada, la ucronía.
Y es que si no llega a ser por mis compañeros blogueros, aún sigo metida de
lleno en mi ignorancia sobre los géneros literarios.
Para aquellos que
como yo no tengáis ni idea sobre qué es la ucronía, os diré que es una especie
de recreación de lo que pudo haber sido y no fue. Investigando, este género
estaría más cerca de la ciencia-ficción que de la Historia en sí.
Y es que ese el
argumento de este libro: que pudo haber sucedido si en lugar de ganar la Guerra
Civil española los nacionales, lo hubiesen hecho los republicanos.
En la narración,
tenemos dos líneas argumentales contadas por un narrador omnisciente. Una que
nos centra en la situación política de la época y otra que nos sitúa en la difícil
relación entre un padre republicano y su único hijo, fascista. Y es que Pablo,
el padre, forma parte activa de la política republicana; mientras que Carlos,
su hijo, se decanta más hacia el fascismo. Esta diferencia en cuanto a
ideología los va a ir separando poco a poco hasta llegar a un punto en el que,
al menos eso me ha parecido, sientan indiferencia uno hacia el otro.
Lo que más me ha
llamado la atención es la hipotética realidad que se viviría en España en el
caso de que la República se hubiese mantenido. Así, en la historia creada por
Díaz-Plaja, en la III República española los rasgos de la izquierda se han ido
suavizando; no es obligatorio saludar con el puño en alto y la evolución de la
II Guerra Mundial y de la política internacional sería también distinta. ¿Qué
hubiese pasado con Franco? El autor lo sitúa exiliado en la República
Dominicana, junto a Trujillo.
El fin de la
guerra llegó un 13 de abril (para hacerlo coincidir con el día de la República,
el 14 de abril) y no el 1 (tal y como sucedió en la realidad) Si tantas veces
hemos escuchado y leído el famoso parte radiofónico en el que se daba cuenta
del fin de la guerra, ahora os transcribo el que el autor cree que se hubiese
escuchado si las cosas hubiesen salido al revés : “En el día de hoy, las tropas republicanas han desarmado a las pocas
fuerzas facciosas que todavía resistían a nuestro victorioso avance. La guerra
ha terminado. “Juan Negrín, presidente del consejo de ministros y ministro
de la Guerra.
Otra frase que me
ha llamado mucho la atención es esta : “Es
curioso, tu padre y el mío creen estar justamente en lados opuestos, ser
enemigos irreconciliables y tienen más en común de lo que se pueden imaginar…que
ambos siguen en las trincheras de la guerra civil…”
O aquella que dice
que “en la mayoría de los casos, los españoles
no eligieron el campo en el que iban a guerrear. Fue la suerte o la desgracia
la que situó la gente en uno de los dos lados...”
En esta realidad
inventada, la situación no difiere mucho de la real. Se llevaron a cabo las
depuraciones entre aquellos que no fueron leales a la República, existía una activa
oposición hacia el gobierno y una más que creciente tensión en la vida política
del país.
Os seré sincera:
me ha costado muchísimo terminar este libro. La ucronía no es un género que me
guste demasiado, se me ha hecho pesadísimo el libro por la narración detallada
de la situación política del país. Creo que si se hubiese centrado más la
historia en la difícil relación padre e hijo, la cosa hubiese fluido mejor. De
hecho, el final de libro se hace más ameno por centrarse un poco más en este
aspecto y por una situación (que no os pienso decir) ,ocurrida durante el
desfile de la Victoria del 18 de julio, que me ha dejado pensando.
Lectura densa
aunque interesante. Un gran ejercicio de imaginación por parte del autor de lo
que pudo haber sido y no fue.
- Sinopsis extraída de la misma obra
- Fotografías tomadas de Google
- Biografía del autor tomada de Lecturalia
Una pena tu conclusión. Había pensado que podía ser divertido ver una historia re escrita y descubrir como la imaginan, pero no me animo con los libros pesados.
ResponderEliminarUn saludo.
No me llama nada lo de las ucronías, no sé, las distopías y tal sí, pero estas no...
ResponderEliminarBesotes
Uy, a mi me suena tener por casa algun libro de esta editorial, del año maricastaña :D
ResponderEliminarNo desdeño la ucronía, como todo depende de lo que cuente y cómo, pero veo que te ha costado, así que no voy a llenar más mi lista innecesariamente ;)
Besos
A mi la temática ya no me gusta y, en vista de lo que cuentas, este género tampoco creo que sea para mi (no tenía ni idea de que existiera).
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